Tebas nos ha engañado, los ultras siguen en el campo

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Nos están tomando el pelo. Los ultras siguen en los estadios, las fotos les delatan y dejan en evidencia a todos los que se han rasgado las vestiduras moviendo cielo y tierra para vender el final de estos grupos violentos en los campos. Las fotos denuncian la presencia del grupo Ultrasur en el Coliseum de Getafe; el Frente Atlético en el Calderón, los Riazor Blues en Coruña, los Biris del Sevilla y los Malakas del Málaga en el derbi andaluz, los Bukaneros del Rayo en San Sebastián, los Ultra Boys del Sporting junto a sus socios los Supporters Sur del Betis en el Molinón y muchos otros grupos ultras que habitan en los campos de futbol. Javier Tebas lleva un mes vendiendo una milonga. El listado de medidas propuestas para que los grupos violentos no tengan acceso a los estadios empieza a ser un cachondeo.
Alguien tiene que explicar la presencia de 100 Ultra Sur en Getafe con entradas que en taquilla tienen un precio de 60 euros. Nadie en su sano juicio se puede creer la versión, que están propagando desde el club azulón, de que 14 miembros de este grupo pusieron en la cola de la taquilla del estadio, la de venta anticipada y cada uno de ellos desembolso 420 euros para hacerse con esas localidades. Hay que ser muy lerdo para aceptar la simpleza de este argumento. En la utópica posibilidad de que los hechos hubieran sucedido así me inclino a pensar en la posible connivencia entre personas para llegar a un acuerdo. 
Aceptar que este tipo de individuos pagan la totalidad del precio de una entrada es desconocer la economía que manejan y los chanchullos que durante años tenían montados con entradas de favor y muchas gratuitas. Además, resulta sospechoso que el partido entre el Madrid y el Getafe hubiera sido declarado alto riesgo por la Comisión Antiviolencia ante la posibilidad de que estuvieran presentes los radicales del Madrid, que por cierto fueron acompañados por miembros de seguridad hasta sus localidades. Es necesario que la LFP y el Getafe faciliten los datos de esas entradas, como fueron despachadas y a quién han sido vendidas ya que de lo contrario toda la parafernalia de seguridad que nos han vendido estas últimas semanas quedará en entredicho. 
Tebas se ha montado un coro de gaiteros que propagan su música y tocan las melodías que el presidente de la Liga ha compuesto junto con la administración. Música de viento. En esta historia hay algún periodista amigo personal de Tebas, con familiares trabajando en la LFP, que ha vendido como un gran éxito el planteamiento para eliminar a los violentos de las gradas del fútbol español. El fin de semana ha sido un ejemplo negativo de la eficacia de las medidas por la excesiva permisividad de los clubes y la pasividad de la LFP. 
Para que todo el mundo lo entienda. Lo único que ha sucedido es que a los ultras le han quitado las banderas, sus símbolos y las pancartas, pero todos ellos siguen asistiendo a los partidos con el beneplácito de los clubes, los violentos y los delincuentes. Por poner un ejemplo, en el Molinón incluso el público mandó callar a los Ultras Boys cuando reivindicaron su presencia en el estadio y sería bueno que la pulcra Comisión Antiviolencia escuchara la grabación de los cánticos y gritos ofensivos contra el equipo del Sevilla entonados al unísono por los ultras del Sporting y los del Betis. Supongo que el Director de partidos de la LFP (otro más en nómina)habrá tomado buena nota de lo sucedido.
Se ha escenificado, con rueda de prensa inclusive en el CSD, de la aprobación de una normativa anti ultra con duras medidas previstas tales como: el cierre parcial de los estadios, la retirada de puntos y el descenso de categoría de los clubes que colaboren con grupos de aficionados violentos. Este fin de semana se ha demostrado que no están siendo aplicadas. Ese nuevo reglamento con un control más exhaustivo en la venta de las entradas y el desplazamiento de estos grupos es por el momento solo una intención y una milonga.